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La visión y el papel de la mujer en la sociedad del Porfiriato

 

Las virtudes más estimadas en las mujeres eran: la obediencia, la abnegación, la fidelidad, la resignación, el amor, la dulzura, la honestidad y el pudor.

En ese entonces se creía en el “mito de la verdadera mujer,” según el cuál, la mujer tenía que ser pura, recatada, dulce, modesta y bella como recurso indispensable.

Las mujeres fueron el centro del grupo doméstico; es decir, en torno de ellas giró la familia que, a la vez, fue el espacio social y cultural privado.

Las mujeres eran consideradas sólo como un cuerpo y su función era la de ser una esposa idónea o adecuada; además de que las mujeres se casaban porque era una forma de mantener una vida estable con una sola persona y porque deseaban una casa, hijos, bienestar material y seguridad. Dentro de las cualidades del ser femenino se incluía el buscar el amor del hombre, ser monógama.

La mujer se diferenciaba en cada clase social. La mujer de alta sociedad o clase alta sólo se dedicaba a la vanidad y a “superficialidades;” La mujer de clase media tenía que buscar  un lugar en la sociedad, y la mujer de clase baja era la más desprotegida.

La sociedad creó modelos y funciones para dos tipos de mujeres:

Una privilegiada y ociosa. 

Otra desposeída y con una sobrecarga de trabajo. 

© 2014 by  S.A "EQUIPO AMARILLO"   2° 11

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